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La malagueña Pilar Agudo se vio obligada a tomar una decisión difícil, pero sin duda la mejor opción que cabía en ese momento. A principios de agosto intentaba hacer cumbre en el Gasherbum II (8.035 metros) en el Himalaya, la cordillera del Karakórum. La deportista del Club Alpino Benalmádena Irontriath se había propuesto ascenderá la cima de la decimotercera montaña más alta del mundo, conocida también como K4. Ascendió hasta 7.800 metros, altitud a la que se obligada a detener su ascensión.
"Me he quedado cerquita de la cumbre, pero no la he conseguido", dice Agudo. "Me fastidia bastante no haber subido a lo alto de esa maravilla, estuve muy cerquita, a 7800 metros donde ya no existían esas dificultades técnicas y esos riesgos que han hecho característica la montaña este año. Solo se preveía un día de tiempo aceptable y allá que tiré con prisas aun a sabiendas de que no estaba aclimatada. A esas alturas empezaba a dormirme y nadie me iba a despertar ni echarme una mano en la bajada, pues iba sola. Me alegro muchísimo de haberme dado la vuelta", asegura la 'ochomilista' malagueña.
"Quise intentarlo de nuevo, pero seguíamos con mal tiempo y todos se fueron del Campo Base, así que tendré que volver al G2 porque esa montaña me ha cautivado", asevera.
"Excepto la de Óscar Cadiach con sus sherpas, no ha habido otras cumbres españolas este año en el Karakórum, porque ha habido muy mal tiempo y muy malas condiciones en la montaña", subraya Pilar Agudo, a quien ahora le parece increíble haber llegado tan alto, haber escalado tanto tiempo y haber resuelto esas dificultades sola, aunque a ratos iba con otros escaladores. Para mí ha sido una experiencia hiperintensa deportiva, emocional y personal. Estaba poseída por el Karakórum. Solo pienso en volver".
Su próximo proyecto lo tenía programado calendario oficial era del 1 de septiembre al 31 de octubre, "otra montaña virgen en Nepal, parecido a lo que hice en primavera en el Sharpu, pero me veo obligada a aplazarlo por razones económicas", explica Pilar Agudo.